Lola llegó a mi consultorio referida por su medico de cabecera por un problema digestivo general. Recuerdo que al iniciar la consulta y preguntarle sobre sus antecedentes personales ella me respondió: “sufro de reflujo, tengo intolerancias a muchos alimentos, me dan acidez y tengo un problema grave para ir al baño, voy cada 2-3 días y he tenido crisis hasta de 5 días donde he quedado en urgencias”.
Era evidente que había un problema de estreñimiento que era el causante de los demás problemas a nivel gastrointestinal.
Para explicarles un poco, el sistema digestivo inicia en la cavidad oral (la boca) y termina en el final del intestino grueso. El estreñimiento es una condición donde hay evacuaciones intestinales poco frecuentes o con mucha dificultad que persiste durante varias semanas.
Esto ocurre en el intestino grueso, parte final del sistema digestivo, donde se empiezan a acumular los restos de la digestión para ser evacuados y, en las primeras partes del intestino grueso es donde se absorbe la mayor cantidad de agua.
Si pasan muchos días para evacuar, las heces empiezan a correr por el intestino grueso, pero se van deshidratando y empiezan a endurecerse cada vez más y parecer una piedra.
Entonces, ¿qué pasa si se “tapa” el intestino grueso, si se llena de heces y pasan más de 1-2 días y sigo comiendo normal? Se empieza a llenar todo el intestino delgado y, al ser éste como el segundo cerebro del cuerpo, le manda una señal al cerebro para que la digestión se haga lenta.
Esto desencadena una respuesta de todo el sistema digestivo: se come de la misma manera (3 comidas mínimo), pero digiriendo lento. El estómago permanece con comida porque el intestino delgado absorbe lento, lo que quiere decir que los ácidos gástricos también permanecen más tiempo en el estómago. Esto causa vaciamiento lento del estómago, lo que ocasiona reflujo y acidez estomacal.
Como el estómago se lastima por la presencia prologada de los ácidos gástricos, entonces empiezan las intolerancias a los alimentos que puedan ser irritantes como las carnes rojas, los cítricos, los vegetales crudos, entre otros.
En este punto, creo que ya tienen una idea de por qué Lola tiene todo el problema digestivo: por su estreñimiento. El estreñimiento es lo primero que había que atacar, si lograba mejorar el estreñimiento, el resto de los problemas s aliviarían poco a poco.
Datos relevantes de Lola
En la anamnesis alimentaria que le realicé a Lola pude captar algunos aspectos importantes que podían ayudar o empeorar la situación.
- Lola trabaja más de 12 horas en el día, un trabajo de escritorio, sentada, se levantaba solo al baño o a buscar copias en la impresora, pero permanece casi todo el día sentada. Utilizaba un reloj inteligente que le marcaba entre 2,000 y 4,000 pasos diarios.
- Tenía un buen consumo de agua, más de 2 litros de agua en el trabajo y en casa completaba con varios vasos.
- Comía desayuno, almuerzo y cena. Era muy estricta con los horarios porque le habían comentado que la acidez estomacal podía empeorar si no comía a las horas.
- Comía vegetales 7 días por semana, por lo menos siempre en el almuerzo y pocas veces en la cena porque en la noche le ocasionaban reflujo.
- Las frutas las comía entre 3-4 veces por semana 1 vez al día. Era amante de frutas como la pera, el guineo y utilizaba muchas veces frutas congeladas porque le duraban más tiempo en la nevera.
- De almidones comía arroz blanco, pastas blancas, pan blanco (no le gustaba el integral), comía tortillas de harina y algunas cosas procesadas como papitas para freír de bolsa sazonadas.
- Muchas veces en las tardes comía galletas dulces o saladas, pan con mantequilla cuando llegaba a casa para seguir su jornada de trabajo.
- Comía más carnes rojas (carne de res y cerdo) que carnes blancas (pescado y aves), pero hacía una semana que había empezado a consumir más carnes blancas porque sentía que las rojas las “repetía”, le daban reflujo.
- Por falta de tiempo para cocinar comía 2-3 veces por semana comida de restaurante y los fines de semana tomaba vino, socialmente.
- No hacía ejercicio físico por falta de tiempo y dormía entre 4-5 horas diarias porque cuando llegaba tenía muchas cosas que hacer en casa y terminaba tarde para entrar temprano al trabajo al día siguiente.
- En sus antecedentes familiares, había historia familiar directa de estreñimiento por el lado materno (mamá y abuela).
- Aparte de todo, Lola tenía un buen peso, un buen porcentaje de masa grasa, la masa muscular estaba un poco deficiente por su sedentarismo y también estaba un poco deshidratada para su situación actual.
Tratamiento Nutricional de Lola
El tratamiento nutricional de Lola, se basaba más que nada en mejorar el consumo de alimentos que favorecieran a las evacuaciones, consumir el agua que necesitaba y aumentar la actividad física para mejorar el movimiento intestinal.
Lola necesitaba tanto actividad física como ejercicio físico, en un artículo que escribí hace poco les explico la diferencia.
Para lograr salir del sedentarismo, Lola necesitaba aumentar los pasos diarios a 8,000, le recomendé también iniciar alguna rutina de ejercicio que le gustara y que no le tomara mucho tiempo para que pudiera mantenerla prolongadamente.
Con la alimentación trabajamos en el tipo de alimento a incluir y la frecuencia diaria en que debía consumirla:
- Mejoramos el aporte de fibra alimentaria en los almidones que comía. Disminuí el consumo de arroz blanco, pasta blanca y pan blanco y lo cambiamos por la versión integral de esos alimentos. Aumentamos el consumo de verduras como yuca, zapallo, ñame, otoe, maíz, plátano maduro, menestras como porotos, lentejas y frijoles.
- Aumentamos el consumo de vegetales a 2 veces por día (almuerzo y cena), inicialmente fue en el almuerzo y en un snack que decidimos en la media tarde por su reflujo nocturno. Cuando los comía en la noche, debían ser cocidos.
- Aumentamos el consumo de carnes blancas (aves y pescados), porque las carnes rojas son difíciles de digerir y en exceso pueden empeorar el estreñimiento.
- Aumentamos el consumo de frutas a 3 porciones diarias. Debía comer una porción en el desayuno y dos más durante el día.
- Cambiamos la distribución en que se servía los alimentos de la siguiente manera:
- En el desayuno no podía comer más de 2 rebanadas de pan y no debía comer pan todos los días, aunque fuera integral. Siempre debía comer una porción de frutas y evitar los embutidos porque también podían causarle estreñimiento
- La mitad del plato en el almuerzo debía llevar vegetales. La otra mitad debía llevar la porción de carne y la del almidón alto en fibra.
- En la cena debía mantener las porciones de almuerzo cuando comiera vegetales también en la cena, pero si no incluía vegetales, debía comer en un plato pequeño el almidón con la proteína.
- Mejoramos el aporte de grasas de buena calidad con aceite de oliva, aceitunas, nueces como almendras que eran las que le gustaban y disminuimos las saturadas provenientes de embutidos, mayonesa, frituras y productos empaquetados fritos previamente.
- Cambiamos su manera de cocinar, ahora utilizaba más vegetales y condimentos naturales, en vez de condimentos procesados y salsas procesadas.
- Aumentamos el consumo de agua, porque, si bien es cierto, tomaba los 2 litros de agua con un par de vasos extras al llegar a casa, quedaba por debajo de su requerimiento hídrico.
Lola logró hacer todos estos cambios inmediatamente después de la consulta. Al tercer día de iniciar los cambios, evacuó normal sin esfuerzo, al cuarto día también logró evacuar y por más de una semana se mantuvo evacuando diariamente; después no ha demorado más de 2 días en evacuar y ha logrado mantenerlo de forma diaria.
Se dio cuenta de que si se movía más en el día y si hacía al menos 20 minutos de algún tipo de ejercicio físico eso le favorecía a las evacuaciones.
A los dos meses de mantener el tratamiento se dio cuenta de que mejoró el reflujo, pero aún mantenía las intolerancias.
Actualmente, Lola mantiene su tratamiento nutricional sin dejar de darse sus gustos de vez en cuando, comiendo lo que le gusta y siendo consciente de la repercusión que puede tener el abandono de su nuevo hábito alimenticio en su sistema digestivo.
Debes consultar a tu médico si estas presentando algún problema digestivo, y si la causa es tu régimen alimenticio, debes ser referido a un nutricionista idóneo de tu país para ser tratado adecuadamente. Estos temas deben ser tratados inmediatamente son identificados, porque pueden tener consecuencias severas a largo plazo.
No dudes en contactarme si estás presentando alguna condición similar, te invito a que hagamos una consulta y establezcamos un plan que te beneficie, según tu condición.
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Lupita Meana